Working on a Dream: el sueño americano de Bruce Springsteen
El último disco de Bruce Springsteen, Working on a Dream, es una obra maestra del rock que combina la energía, la pasión y la poesía del Boss con una producción impecable y una variedad de estilos que demuestran su versatilidad y madurez como artista. El álbum, es el decimosexto de su carrera y el cuarto que graba con la E Street Band desde su reunión en 1999.
Working on a Dream es un disco optimista, vitalista y esperanzador, que refleja el espíritu de cambio y renovación que se vive en Estados Unidos tras la elección de Barack Obama como presidente. Springsteen, que apoyó activamente la campaña del demócrata, se inspiró en el lema "Yes, we can" para componer canciones que celebran el amor, la libertad, el trabajo y el sueño americano.
El disco se inicia con Outlaw Pete, una épica de ocho minutos que narra la vida de un bandido que trata de redimirse de sus crímenes. La canción, que recuerda a las leyendas del Oeste y a los spaghetti westerns, tiene un sonido grandioso y orquestal, con arreglos de cuerdas y trompetas que le dan un aire cinematográfico.
Le sigue My Lucky Day, un rock clásico y contagioso que recupera el estilo de Born to Run y The River. La canción es un canto al amor y a la suerte de encontrar a la persona adecuada en el momento oportuno. Springsteen canta con fuerza y convicción, acompañado por los coros de su fiel escudero Steve Van Zandt y por la guitarra incisiva de Nils Lofgren.
La tercera pista es Working on a Dream, el tema que da título al disco y que fue compuesto para los créditos finales de la película The Wrestler, dirigida por Darren Aronofsky y protagonizada por Mickey Rourke. La canción es una balada optimista y emotiva, con un estribillo pegadizo y una melodía luminosa. Springsteen expresa su deseo de construir un sueño junto a su amada, sin importar las dificultades o los obstáculos que se interpongan en su camino.
El disco continúa con Queen of the Supermarket, una canción sorprendente y original, que narra la obsesión de un hombre por una cajera de supermercado. La canción tiene un tono irónico y humorístico, pero también una cierta ternura y melancolía. Springsteen describe con detalle las escenas cotidianas del supermercado, mientras se imagina una vida romántica con la reina de su corazón.
La quinta canción es What Love Can Do, un rock and roll energético y vibrante, que invita a bailar y a disfrutar de la vida. La canción es un homenaje al poder del amor para transformar el mundo y para superar las adversidades. Springsteen canta con entusiasmo y alegría, respaldado por la potente sección rítmica de Garry Tallent al bajo y Max Weinberg a la batería.
La sexta pista es This Life, una canción pop que recuerda a los Beach Boys y a los Beatles. La canción tiene un ritmo contagioso y unas armonías vocales preciosas, que crean una atmósfera de felicidad y armonía. Springsteen se declara enamorado de su pareja y le promete fidelidad y lealtad.
El disco sigue con Good Eye, un blues sucio y eléctrico, que contrasta con el resto del álbum. La canción es una crítica a la corrupción, la codicia y la injusticia que imperan en la sociedad. Springsteen canta con rabia y desgarro, acompañado por una armónica rasgada y una guitarra distorsionada.
La octava canción es Tomorrow Never Knows, una balada acústica que no tiene nada que ver con la canción homónima de los Beatles. La canción es una reflexión sobre el paso del tiempo y la incertidumbre del futuro. Springsteen canta con serenidad y sabiduría, acompañado por una guitarra delicada y una armónica melancólica.
La novena pista es Life Itself, una canción rock que tiene un aire misterioso y oscuro. La canción es una metáfora sobre la vida y la muerte, y sobre el sentido de la existencia. Springsteen canta con intensidad y profundidad, acompañado por una guitarra hipnótica y unos coros etéreos.
El disco continúa con Kingdom of Days, una canción romántica y conmovedora, que habla del amor maduro y duradero. La canción es un tributo a la esposa de Springsteen, Patti Scialfa, que también canta en el disco. Springsteen expresa su gratitud y su admiración por su compañera de vida, y le promete que estarán juntos hasta el final de sus días.
La undécima canción es Surprise, Surprise, una canción alegre y divertida, que celebra el cumpleaños de un amigo. La canción tiene un ritmo festivo y unas letras ingeniosas, que juegan con las palabras y las rimas. Springsteen canta con humor y simpatía, acompañado por un saxofón jubiloso y unos coros animados.
La duodécima pista es The Last Carnival, una canción triste y emotiva, que rinde homenaje al fallecido Danny Federici, el teclista de la E Street Band. La canción es una metáfora sobre el final de un espectáculo y de una época. Springsteen canta con dolor y nostalgia, acompañado por un acordeón melancólico y unos coros angelicales.
El disco se cierra con The Wrestler, una canción acústica que fue compuesta para la película del mismo nombre. La canción es una confesión de un luchador profesional que se siente solo, viejo y olvidado. La canción tiene una letra desgarradora y una melodía sobria. Springsteen canta con sinceridad y empatía, acompañado por una guitarra sencilla y una armónica solitaria.
Working on a Dream es un disco magnífico, que demuestra que Bruce Springsteen sigue siendo uno de los mejores cantautores de la historia del rock. El disco es un viaje por las emociones humanas, desde la alegría hasta la tristeza, desde el amor hasta el dolor, desde la esperanza hasta la desesperación. El disco es también un reflejo de la realidad social y política de Estados Unidos, un país que busca un nuevo rumbo tras años de crisis y decepción.
Bruce Springsteen ha cumplido su sueño de hacer un disco perfecto, que combina lo mejor de su trayectoria musical con nuevas influencias y experimentos. Working on a Dream es un disco imprescindible para los fans del Boss y para los amantes del buen rock. Un disco que nos hace recordar por qué Bruce Springsteen es el rey del rock and roll.