Cut the Crap: el último y más polémico disco de The Clash
En 1985, The Clash lanzó su sexto y último álbum de estudio, Cut the Crap, un disco que ha sido considerado por muchos como el peor de su carrera y el más alejado de su esencia punk. ¿Qué pasó con la banda que había revolucionado el rock con London Calling y Sandinista? ¿Por qué Cut the Crap fue un fracaso comercial y crítico? ¿Hay algo que se pueda rescatar de este controvertido trabajo?
La historia de Cut the Crap empieza con la salida de dos miembros clave de The Clash: el guitarrista y vocalista Mick Jones y el baterista Topper Headon. Jones fue despedido por el líder Joe Strummer tras una serie de conflictos internos, mientras que Headon abandonó la banda por sus problemas con las drogas. Strummer se quedó solo con el bajista Paul Simonon y decidió reclutar a tres músicos desconocidos para completar la formación: el guitarrista Nick Sheppard, el baterista Pete Howard y el vocalista Vince White.
Pero el verdadero problema no fue la falta de química entre los nuevos integrantes, sino la presencia de un personaje que se convirtió en el verdugo de Cut the Crap: Bernie Rhodes, el antiguo manager de The Clash que volvió a tomar las riendas del grupo tras la marcha de Jones. Rhodes era un manipulador que quería imponer su visión sobre la música de The Clash, sin respetar la creatividad ni la opinión de Strummer y Simonon. Rhodes se encargó de producir el disco, pero lo hizo de una forma desastrosa: usó cajas de ritmos, sintetizadores y samplers que sonaban artificiales y desentonaban con el estilo de The Clash, borró o modificó las voces y las guitarras de Strummer y Sheppard, e incluso añadió coros femeninos y efectos de sonido innecesarios.
El resultado fue un álbum que no tenía nada que ver con el sonido original de The Clash, sino que parecía una parodia del punk o una imitación barata del pop comercial. Las canciones eran simples, repetitivas y carentes de profundidad, con letras que intentaban ser rebeldes pero que sonaban forzadas y vacías. El único tema que se salvaba era "This Is England", una crónica sombría y melancólica de la situación social y política del país, que Strummer compuso casi en solitario y que logró escapar del desastre de Rhodes.
Cut the Crap fue recibido con indiferencia o rechazo por parte del público y la crítica, que lo calificaron como un insulto a la trayectoria de The Clash. La banda se disolvió poco después, sin hacer ninguna gira ni promoción del disco. Strummer renegó de Cut the Crap y lo borró de su discografía oficial, mientras que Simonon, Sheppard, Howard y White se alejaron del mundo de la música. Cut the Crap quedó como un triste epitafio para una de las bandas más influyentes e innovadoras del rock.
Cut the Crap es un disco que no merece ser olvidado, sino estudiado como un ejemplo de cómo no se debe hacer música. Es un disco que muestra cómo la ambición, el egoísmo y la falta de respeto pueden arruinar un proyecto artístico. Es un disco que nos enseña a valorar el legado de The Clash y a reconocer su verdadero talento.
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