The Sky Is Crying: el legado de Stevie Ray Vaughan
El 27 de agosto de 1990, el mundo de la música perdió a uno de los mejores guitarristas de blues de todos los tiempos: Stevie Ray Vaughan. El músico texano falleció en un accidente de helicóptero tras ofrecer un concierto junto a Eric Clapton, Buddy Guy, Robert Cray y su hermano Jimmie Vaughan. Tenía solo 35 años, pero había dejado una huella imborrable en el género que amaba.
Un año después de su muerte, se publicó The Sky Is Crying, un álbum póstumo que recopilaba diez temas inéditos grabados entre 1984 y 1989. El disco fue producido por su hermano Jimmie y por Jim Gaines, quien había trabajado con Stevie Ray en sus dos últimos álbumes en vida: Soul to Soul e In Step. El título del disco hace referencia a una canción de Elmore James, uno de los ídolos de Stevie Ray, que él mismo versionó en el álbum.
The Sky Is Crying es un testimonio del talento y la versatilidad de Stevie Ray Vaughan, capaz de abordar diferentes estilos y sonidos dentro del blues. Desde el rock sureño de Boot Hill, hasta el soul de Little Wing, pasando por el funk de Chitlins con Carne o el swing de Wham!. El disco también incluye algunas joyas como Empty Arms, una composición propia que muestra su sensibilidad como cantante y compositor; Life by the Drop, una emotiva balada acústica dedicada a su amigo Doyle Bramhall; o Riviera Paradise, una pieza instrumental de casi nueve minutos que refleja su maestría con la guitarra.
The Sky Is Crying fue un éxito comercial y crítico, llegando al número 10 en la lista Billboard 200 y al número 1 en la lista Top Blues Albums. Además, ganó el premio Grammy al mejor álbum de blues contemporáneo en 1992. El disco se convirtió en un homenaje póstumo a Stevie Ray Vaughan, que sigue siendo recordado como uno de los grandes del blues y una influencia para muchos guitarristas actuales.
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