Perfect Strangers: el regreso triunfal de Deep Purple
En 1984, el mundo del rock se sacudió con una noticia inesperada: Deep Purple, la legendaria banda británica que había marcado la historia del hard rock y el heavy metal, se reunía después de ocho años de silencio. Y no solo eso, sino que lo hacía con su formación más emblemática, la llamada Mark II, integrada por Ian Gillan, Ritchie Blackmore, Jon Lord, Roger Glover y Ian Paice.
El resultado de ese reencuentro fue Perfect Strangers, un disco que demostró que la magia de Deep Purple seguía intacta y que podían competir con las nuevas generaciones de rockeros que habían surgido en su ausencia. Con un sonido potente, melódico y variado, el álbum recupera la esencia de clásicos como Machine Head o Fireball, pero sin renunciar a la evolución y la experimentación.
El disco comienza con Knocking at Your Back Door, un tema que combina una introducción épica con un riff demoledor y una letra cargada de dobles sentidos. Le sigue Under the Gun, una canción rápida y agresiva que refleja la influencia del metal de los 80. La tercera pista es Nobody's Home, un corte que destaca por el duelo entre el órgano de Lord y la guitarra de Blackmore, y por el ritmo sincopado de la batería de Paice.
La joya del disco es sin duda el tema que le da título, Perfect Strangers, una balada épica que se convirtió en uno de los himnos de la banda. Con una melodía memorable, una letra emotiva y unos solos magistrales, la canción es un ejemplo de la química y el talento de los cinco músicos. Le sigue A Gypsy's Kiss, un tema que recuerda al Deep Purple más psicodélico y experimental, con un riff oriental y una estructura compleja.
La segunda cara del disco comienza con Wasted Sunsets, una balada melancólica que muestra el lado más sensible de Gillan, tanto en la voz como en la letra. Le sigue Hungry Daze, una canción que narra las vivencias de la banda en sus inicios, con un tono nostálgico y humorístico. El disco se cierra con dos temas extra: Not Responsible, un tema duro y crudo que habla de la irresponsabilidad y el desenfreno, y Son of Alerik, un instrumental de más de diez minutos que muestra el virtuosismo de Blackmore y su fascinación por la música medieval.
Perfect Strangers fue un éxito comercial y crítico, y supuso el regreso por todo lo alto de Deep Purple a los escenarios. El disco es una muestra de la madurez y la creatividad de una banda que supo reinventarse sin perder su identidad. Un clásico imprescindible para los amantes del rock.
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