IRON MAIDEN - KILLERS

 

Iron Maiden: Killers, el disco que consolidó su leyenda

Iron Maiden es una de las bandas más influyentes y respetadas del heavy metal. Su segundo álbum, Killers, lanzado en 1981, fue el que les abrió las puertas del éxito internacional y les consolidó como una fuerza imparable en el género. En esta crónica, repasamos las claves de este disco histórico, que marcó un antes y un después en la carrera de la Doncella de Hierro.

Killers fue el último álbum con Paul Di'Anno como vocalista, quien fue despedido por sus problemas con las drogas y el alcohol. Su voz rasgada y agresiva le daba un toque más punk y callejero a las canciones de Iron Maiden, que se caracterizaban por su velocidad, su potencia y su complejidad. El disco contó con la producción de Martin Birch, quien trabajó con la banda hasta su retiro en 1992. Birch supo captar la esencia de Iron Maiden y les dio un sonido más pulido y profesional, sin perder la crudeza y la energía que les distinguía.

El disco se compone de diez temas, de los cuales dos son instrumentales: "The Ides of March" y "Genghis Khan". El primero es una breve introducción que anticipa el tono épico y dramático del álbum, mientras que el segundo es una pieza virtuosa que muestra la habilidad de los músicos. Entre las canciones destacan "Wrathchild", un himno sobre la venganza de un hijo abandonado; "Murders in the Rue Morgue", una adaptación libre del relato de Edgar Allan Poe; "Killers", el tema que da nombre al disco y que narra la historia de un asesino en serie; y "Purgatory", una canción sobre la reencarnación que originalmente iba a llamarse "Floating".

Killers es un disco que refleja la evolución de Iron Maiden, que pasó de ser una banda underground a una de las más populares del mundo. Su influencia se puede apreciar en muchas otras bandas de metal, que tomaron como referencia su estilo, su actitud y su estética. Killers es un disco imprescindible para cualquier fan del heavy metal, que no ha perdido vigencia ni frescura con el paso del tiempo.