TOMAHAWK: el regreso explosivo de un supergrupo
El cuarteto formado por Mike Patton, Duane Denison, John Stanier y Trevor Dunn ha vuelto a la escena musical con su cuarto álbum de estudio, TOMAHAWK, un trabajo que combina la potencia del rock alternativo, la experimentación del metal y la versatilidad vocal de uno de los cantantes más carismáticos y originales del panorama actual.
TOMAHAWK nació en el año 2000 como un proyecto paralelo de Denison, guitarrista de The Jesus Lizard, quien contactó con Patton, ex líder de Faith No More, para proponerle una colaboración. Patton aceptó y reclutó a Stanier, baterista de Helmet, y a Dunn, bajista de Mr. Bungle, para completar la formación. El resultado fue un debut homónimo que sorprendió por su mezcla de sonidos agresivos, atmósferas oscuras y letras surrealistas.
Después de dos discos más, Mit Gas (2003) y Anonymous (2007), el grupo se tomó un largo descanso que hizo temer por su disolución. Sin embargo, en 2020 anunciaron su regreso con un nuevo álbum que lleva el mismo nombre que la banda. El disco se grabó de forma remota durante la pandemia, con cada miembro aportando sus ideas desde su propio estudio. El proceso fue fluido y creativo, según cuenta Denison en una entrevista para la revista Rolling Stone: "Fue muy divertido porque no había presión ni expectativas. Solo queríamos hacer música que nos gustara y que fuera diferente a lo que hacemos en nuestros otros proyectos".
El resultado es un disco que mantiene la esencia de TOMAHAWK pero que también explora nuevos territorios. El primer tema, "SHHH!", es una declaración de intenciones: una canción instrumental que arranca con una guitarra acústica y que va subiendo de intensidad hasta desembocar en un riff demoledor. Le siguen "Predators and Scavengers", un tema con un ritmo frenético y una letra que critica el consumismo; "Doomsday Fatigue", una balada melancólica con un estribillo pegadizo; y "Business Casual", una pieza que juega con los contrastes entre la voz dulce y la voz gutural de Patton.
El disco también incluye canciones más experimentales, como "Dog Eat Dog", que incorpora sonidos electrónicos y voces distorsionadas; "Eureka", que tiene un aire jazzístico y una letra absurda; o "Sidewinder", que combina elementos del blues y del country con un toque psicodélico. El álbum se cierra con "Choke Neck", una canción que resume el espíritu de TOMAHAWK: rock potente, melodías pegadizas y humor negro.
TOMAHAWK es un disco que demuestra que el grupo no ha perdido su capacidad para sorprender y divertir. Es un trabajo que refleja la personalidad y el talento de sus cuatro integrantes, que se complementan a la perfección. Es, en definitiva, un regalo para los fans del rock alternativo y del metal experimental, y una invitación para los que aún no conocen a esta banda única.
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