Islands: el disco más incomprendido de King Crimson
King Crimson es una de las bandas más influyentes y revolucionarias del rock progresivo, pero también una de las más difíciles de seguir. Su trayectoria está marcada por constantes cambios de formación, de estilo y de sonido, que han generado obras maestras pero también discos polémicos y controvertidos. Uno de ellos es Islands, el cuarto álbum de estudio de la banda, lanzado en 1971.
Islands es el último disco de la primera etapa de King Crimson, que se inició en 1969 con el legendario In the Court of the Crimson King. Es también el último disco con la voz y las letras de Peter Sinfield, el letrista oficial de la banda hasta entonces. Y es, sobre todo, el disco más incomprendido y menos valorado de su discografía.
¿Qué tiene Islands que lo hace tan diferente y tan criticado? En primer lugar, su sonido. Islands es un disco que rompe con la agresividad y la complejidad de sus antecesores, y se adentra en terrenos más suaves, melódicos y hasta jazzísticos. El uso de instrumentos como el saxofón, la flauta, el oboe o la trompeta le da al disco un aire más pastoral y menos eléctrico que el habitual en King Crimson.
En segundo lugar, su concepto. Islands es un disco que explora la idea de la soledad, el aislamiento y la incomunicación, tanto a nivel personal como social. Las letras de Sinfield son más poéticas y metafóricas que nunca, y reflejan su desencanto con el mundo y con la propia banda. El disco está dividido en dos partes: la primera, más optimista y esperanzada, contiene canciones como Formentera Lady o The Letters, que hablan del amor y la belleza; la segunda, más oscura y pesimista, contiene canciones como Ladies of the Road o Islands, que hablan del desamor y la decepción.
En tercer lugar, su recepción. Islands fue un fracaso comercial y crítico en su momento. La prensa especializada lo tachó de aburrido, pretencioso y anticuado, y lo comparó desfavorablemente con los discos anteriores de la banda. El público tampoco lo acogió con entusiasmo, y las ventas fueron muy bajas. El propio líder de la banda, Robert Fripp, renegó del disco y lo consideró un error.
Sin embargo, con el paso del tiempo, Islands ha ido ganando adeptos y reivindicaciones. Muchos fans lo consideran un disco valiente, original y hermoso, que muestra una faceta más íntima y emocional de King Crimson. Muchos músicos lo han citado como una influencia o una inspiración, como David Bowie, Steven Wilson o Radiohead. Y muchos críticos lo han reevaluado positivamente, como la revista Rolling Stone, que lo incluyó en su lista de los 500 mejores discos de todos los tiempos.
Islands es un disco que merece ser escuchado con atención y sin prejuicios. Es un disco que desafía las expectativas y las etiquetas. Es un disco que revela la riqueza y la diversidad del rock progresivo. Es un disco que demuestra que King Crimson es una banda única e irrepetible.
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