In Utero: el último grito de Nirvana
Hace 30 años, el 21 de septiembre de 1993, se publicaba In Utero, el tercer y último álbum de estudio de Nirvana, la banda que cambió la historia del rock con su sonido crudo, visceral y desgarrador. El disco, que fue grabado en apenas dos semanas bajo la producción de Steve Albini, es considerado por muchos como el testamento musical de Kurt Cobain, el líder y vocalista del grupo, que se suicidaría meses después de su lanzamiento.
In Utero es un álbum que refleja el estado de ánimo de Cobain en ese momento: angustiado, depresivo, furioso y desencantado con la fama y la industria musical. Las canciones son una catarsis de sus sentimientos más oscuros y profundos, expresados con letras crípticas, sarcásticas y nihilistas, y con una música que alterna entre la calma y la tormenta, entre el pop y el punk, entre la melodía y el ruido.
El disco abre con Serve the Servants, una canción que resume la actitud rebelde y desafiante de Cobain ante las expectativas del público y los medios. "Teenage angst has paid off well / Now I'm bored and old", canta con ironía en el primer verso. Luego le siguen temas como Heart-Shaped Box, una de las canciones más conocidas del álbum, que habla sobre su relación tormentosa con Courtney Love; Rape Me, una provocación contra los que lo explotaban y lo acosaban; Dumb, una reflexión sobre la estupidez humana; Pennyroyal Tea, una confesión de su adicción a las drogas; All Apologies, una disculpa a sus seres queridos por su sufrimiento; y The Man Who Sold the World, una versión del clásico de David Bowie que parece anticipar su destino fatal.
In Utero es un disco que no busca complacer a nadie, sino expresar la verdad de su autor. Es un disco que no tiene nada que ver con el éxito comercial o la popularidad, sino con el arte y la integridad. Es un disco que no es fácil de escuchar, pero que es imposible de olvidar. Es un disco que es un legado, una obra maestra, una joya del rock.
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