Wild Life: el debut de Wings que no convenció a la crítica
En diciembre de 1971, Paul McCartney lanzó al mercado el primer álbum de su nueva banda, Wings, formada por él, su esposa Linda y el guitarrista Denny Laine. El disco se llamaba Wild Life y tenía ocho canciones, cuatro de ellas grabadas en una sola toma. El resultado fue un trabajo espontáneo, fresco y desenfadado, pero también irregular, inconsistente y poco elaborado.
La crítica no fue benévola con Wild Life. La revista Rolling Stone lo calificó como "un álbum mediocre" y lo comparó desfavorablemente con los discos de John Lennon y George Harrison. Otros medios lo tildaron de "perezoso", "aburrido" y "carente de inspiración". McCartney, que había apostado por una producción minimalista y una actitud anti-comercial, se defendió diciendo que quería hacer un disco "honesto" y "natural", sin pretensiones ni artificios.
Sin embargo, con el paso del tiempo, Wild Life ha sido revalorizado por algunos fans y críticos, que lo consideran un disco valiente, experimental y adelantado a su época. Algunas de sus canciones, como la homónima Wild Life, la emotiva Dear Friend o la divertida Bip Bop, muestran el talento melódico y la versatilidad de McCartney, capaz de pasar del rock al folk, del reggae al blues, sin perder su identidad. Otras, como Mumbo o Love Is Strange, son ejemplos de su sentido del humor y su espíritu lúdico.
Wild Life no es un disco perfecto, ni mucho menos. Tiene fallos, carencias y momentos olvidables. Pero también tiene encanto, personalidad y originalidad. Es el testimonio de un artista que se atrevió a romper con las expectativas del público y de la industria, y que buscó su propia voz en un momento difícil de su carrera. Es el inicio de una aventura musical que duraría una década y que daría frutos extraordinarios. Es, en definitiva, un disco que merece ser escuchado con atención y respeto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario