Lizard: el disco más ambicioso y complejo de King Crimson
Lizard, el tercer álbum de King Crimson, es una obra maestra del rock progresivo que combina influencias del jazz, la música clásica y la literatura fantástica. En esta crónica detallada, analizaremos las claves de este disco que marcó un antes y un después en la historia de la banda y del género.
Lizard se publicó en diciembre de 1970, en un momento de crisis y cambios para King Crimson. La formación original que había grabado los dos primeros discos, In the Court of the Crimson King y In the Wake of Poseidon, se había disuelto por diferencias creativas y personales. El líder y guitarrista Robert Fripp tuvo que reclutar nuevos músicos para continuar con el proyecto, entre ellos el vocalista y bajista Gordon Haskell, el baterista Andy McCulloch, el teclista y flautista Mel Collins y el letrista Peter Sinfield.
El resultado fue un álbum más experimental y complejo que los anteriores, con largas suites sinfónicas, arreglos orquestales, solos de viento y letras inspiradas en la mitología celta, la alquimia y la obra de J.R.R. Tolkien. Lizard se divide en dos partes: la primera contiene cuatro canciones más convencionales, aunque con toques de vanguardia, y la segunda es una pieza épica de 23 minutos dividida en cinco movimientos, que narra las aventuras de un príncipe llamado Lizard en un mundo mágico.
La crítica especializada recibió el disco con opiniones encontradas: algunos lo alabaron como una obra maestra del rock progresivo, mientras que otros lo criticaron por ser demasiado pretencioso y difícil de digerir. El público tampoco lo acogió con entusiasmo, y el álbum vendió menos que los anteriores. Sin embargo, con el paso del tiempo, Lizard ha sido revalorizado como una joya oculta de King Crimson, que muestra su faceta más creativa e innovadora.
Lizard es un disco que requiere varias escuchas para apreciar su riqueza musical y lírica. Es un viaje sonoro por un universo fascinante, lleno de contrastes, matices y sorpresas. Un disco que desafía las convenciones del rock y que demuestra la genialidad de Robert Fripp y sus colaboradores. Un disco que merece ser reconocido como uno de los mejores de King Crimson y del rock progresivo en general.
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