martes, 7 de noviembre de 2023

YES - 90125


 

90125: el renacimiento de Yes


En 1983, el mundo del rock progresivo estaba en crisis. Los grandes exponentes del género, como Genesis, Pink Floyd o King Crimson, habían abandonado sus ambiciosas suites conceptuales por canciones más cortas y accesibles, adaptándose a los nuevos sonidos del pop y el new wave. El público ya no estaba interesado en los complejos arreglos musicales, las letras filosóficas y las portadas surrealistas que habían caracterizado al movimiento en los años 70.


En ese contexto, parecía improbable que una banda como Yes, que había alcanzado la cima de la popularidad con discos como Close to the Edge o Tales from Topographic Oceans, pudiera resurgir de sus cenizas y volver a conquistar las listas de éxitos. Sin embargo, eso fue exactamente lo que lograron con 90125, un álbum que marcó un giro radical en su estilo y que les dio su único número uno en Estados Unidos con el tema Owner of a Lonely Heart.


¿Cómo se gestó este sorprendente cambio? La historia comienza en 1981, cuando el cantante Jon Anderson y el teclista Rick Wakeman abandonaron Yes por diferencias creativas con el resto de la banda. El guitarrista Steve Howe, el bajista Chris Squire y el baterista Alan White decidieron seguir adelante con el proyecto, reclutando al joven teclista Geoff Downes, que venía de formar parte de The Buggles junto a Trevor Horn, el productor de Drama, el último disco de Yes hasta la fecha.


Sin embargo, la química entre los cuatro músicos no era la misma, y pronto empezaron a surgir problemas. Howe se sentía incómodo con la dirección musical que estaba tomando la banda, más orientada hacia el pop electrónico que al rock sinfónico. Downes tampoco estaba satisfecho con su papel, ya que sentía que sus aportaciones eran ignoradas o modificadas por Squire y White. Finalmente, ambos decidieron abandonar el grupo en 1982, dejando a Squire y White como los únicos miembros oficiales de Yes.


Pero Squire y White no se rindieron. Decidieron buscar un nuevo guitarrista que pudiera aportar frescura y energía a la banda. Su elección fue Trevor Rabin, un músico sudafricano que había grabado varios discos en solitario y que tenía una gran habilidad para componer melodías pegadizas y riffs potentes. Rabin se unió al dúo con la idea de formar una nueva banda, llamada Cinema, que no tendría nada que ver con Yes.


Sin embargo, el destino quiso que Jon Anderson se enterara de la existencia de Cinema y se pusiera en contacto con ellos para ofrecerles su voz. Anderson había estado trabajando en un proyecto en solitario llamado Animation, pero no había tenido mucho éxito comercial ni crítico. Al escuchar las canciones que Rabin había compuesto para Cinema, quedó impresionado por su calidad y su potencial. Así que les propuso unirse a ellos y retomar el nombre de Yes.


Squire y White aceptaron encantados la propuesta de Anderson, pero Rabin se mostró más reticente. Él no tenía ninguna conexión emocional con Yes ni con su legado musical. Además, temía que su trabajo fuera eclipsado por la presencia del carismático cantante. Sin embargo, tras varias conversaciones y ensayos, Rabin accedió a formar parte de la nueva encarnación de Yes.


El siguiente paso fue encontrar un productor que pudiera plasmar el sonido que buscaban. La elección fue Trevor Horn, que había trabajado con Yes en Drama y que había cosechado éxitos como productor de bandas como ABC o Frankie Goes to Hollywood. Horn aceptó el reto de producir a Yes, pero también impuso sus condiciones. Quería tener pleno control sobre las mezclas finales y sobre los arreglos musicales. También quería incorporar al teclista Tony Kaye, que había sido miembro fundador de Yes y que había dejado la banda en 1971.


Así se formó el quinteto que grabaría 90125, un disco que rompió con todo lo anterior de Yes. Las canciones eran más cortas y directas, con estribillos contagiosos y ritmos bailables. Los teclados tenían un sonido más moderno y sintético, y la guitarra de Rabin aportaba un toque de rock duro y funk. La voz de Anderson seguía siendo el sello distintivo de la banda, pero también se atrevía a experimentar con efectos y armonías. El resultado fue un disco que sorprendió tanto a los fans como a los críticos, que lo alabaron por su innovación y su calidad.


El éxito de 90125 fue inmediato. El primer sencillo, Owner of a Lonely Heart, se convirtió en un hit mundial, llegando al número uno en Estados Unidos y al top 10 en varios países. El videoclip, dirigido por Godley & Creme, también causó sensación por su originalidad y su estética. El segundo sencillo, Leave It, también tuvo una buena acogida, sobre todo por su videoclip, que mostraba a los miembros de la banda cantando boca abajo. El tercer sencillo, It Can Happen, fue otro éxito, especialmente en el Reino Unido, donde alcanzó el puesto 51.


El disco también recibió varios premios y reconocimientos. Fue nominado al Grammy al mejor álbum de rock y ganó el Grammy al mejor vídeo musical por Leave It. También fue certificado como triple platino en Estados Unidos y como oro en el Reino Unido. Además, fue considerado como uno de los mejores discos del año por varias revistas especializadas.


90125 fue el disco que relanzó la carrera de Yes y que les abrió las puertas a una nueva generación de fans. También fue el disco que demostró que el rock progresivo podía adaptarse a los tiempos y a las modas sin perder su esencia ni su calidad. Un disco que sigue siendo una referencia para muchos músicos y aficionados al género.


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