The Way of All Flesh es el cuarto álbum de estudio de la banda francesa de metal progresivo Gojira, lanzado un día como hoy en 2008. El disco es una obra maestra de composición, técnica y originalidad, que explora temas como la mortalidad, la espiritualidad y la ecología.
El álbum se abre con Oroborus, una canción que representa el ciclo de la vida y la muerte a través de un riff hipnótico y una batería tribal. La voz de Joe Duplantier oscila entre el gruñido y el canto melódico, creando una atmósfera envolvente y misteriosa. El tema da paso a Toxic Garbage Island, un himno ecológico que denuncia la contaminación del océano con un sonido más agresivo y directo. La canción cuenta con un solo de guitarra impresionante de Christian Andreu, que demuestra su habilidad y versatilidad.
El disco continúa con A Sight to Behold, una de las canciones más experimentales del álbum, que incorpora elementos electrónicos y voces distorsionadas. La letra habla de la manipulación mediática y la pérdida de identidad en la sociedad moderna. La canción contrasta con Yama's Messengers, una pieza brutal y frenética que narra el descenso al infierno de las almas condenadas. El tema destaca por la batería devastadora de Mario Duplantier, que marca un ritmo infernal y complejo.
La siguiente canción es The Silver Cord, una breve interludio acústico que sirve de transición hacia The Art of Dying, el tema más largo y épico del álbum. La canción empieza con un solo de batería que dura más de dos minutos, y que muestra la influencia del djent y el math metal en el sonido de Gojira. La letra se inspira en el libro tibetano de los muertos, y reflexiona sobre el proceso de morir y renacer. La canción tiene varios cambios de ritmo y tono, que crean una sensación de viaje y transformación.
El álbum sigue con Esoteric Surgery, una canción que combina riffs pesados y melodías pegadizas, con un mensaje positivo sobre el poder de la mente para sanar el cuerpo. La canción tiene un estribillo memorable, que invita a cantar junto a Joe Duplantier. El tema se complementa con Vacuity, otra canción que mezcla fuerza y melodía, con una letra que habla de la vacuidad del ego y la ilusión del sufrimiento. La canción tiene un videoclip impactante, que muestra a un hombre atrapado en una jaula rodeada de cuervos.
El penúltimo tema es Wolf Down the Earth, una canción que retoma la temática ecológica, con una crítica a la destrucción del planeta por parte del ser humano. La canción tiene un riff potente y contagioso, que evoca el aullido de un lobo. El tema termina con un solo de bajo de Jean-Michel Labadie, que aporta un toque de groove al disco.
El álbum se cierra con The Way of All Flesh, una canción que resume el concepto del disco, con una letra que habla de la aceptación de la muerte como parte de la vida. La canción tiene un ritmo lento y pesado, que crea una atmósfera sombría y melancólica. El tema termina con un silencio de varios minutos, seguido de un sonido ambiental que simboliza el renacimiento.
The Way of All Flesh es un disco imprescindible para los amantes del metal progresivo, que demuestra la madurez y la originalidad de Gojira. El disco es una obra de arte que combina técnica, emoción y mensaje, con un sonido único e innovador. El disco es uno de los mejores del género, y merece ser reconocido como tal por la crítica y el público.
No hay comentarios:
Publicar un comentario